22 feb 2009

Telegrama


Carta

Estoy escribiendo una carta. Te la estoy escribiendo a ti, solo para ti; y aunque nunca te llegue, me da igual, porque únicamente la escribo para soltar todo lo que llevo dentro de mí, en mi corazón. No encuentro otra forma, no podré vivir si no lo hago. Moriré como no deje escapar, aunque solo sea por una pequeña grieta el cúmulo de emociones que tengo guardado, escondido desde hace tanto tiempo.

Ya no recuerdo cuando fue la primera vez que te vi, yo creo que en el fondo es porque te conozco desde siempre, aunque yo no lo supiera. Pero sí sé que desde ese momento maldito me cuesta mucho más vivir, que voy arrastrándome por este mundo inmenso sin otra cosa que hacer que intentar sacarte de mi cabeza, que no seas mi razón de existir, pero no puedo. Cada día nuevo que amanece pienso que hoy puede, que hoy va a ser el día en que por fin me acerque a ti y acabe con este sufrimiento, pero luego no me atrevo y me vuelvo a mi rincón a esperar, dejando pasar el tiempo, metido en mis pensamientos; y cada noche es más oscura para mis ojos.

Me muero. Me muero lentamente cada día que pasa y en vez de vivir mi vida vivo mi propia muerte, y a cada paso que doy hacia tu llama se apaga más la mía, y tu luz no se acerca nada a mí, y cada vez ando más lento. Se va acabando mi fuerza y todavía no he conseguido nada, ni ninguna otra cosa puedo hacer que no sea recorrer el enrevesado camino sin fin que se dirige hacia tu meta sorteando como puedo todos los obstáculos que creo yo mismo a mi alrededor.

Pero ya no voy a seguir así. En este momento en que escribo voy a acabar con todo ello. Ya no te voy a volver a mirar. Tacharé tu cara de todos mis recuerdos y tu ser ya no existirá más dentro de mí, Me daré la vuelta y respiraré aliviado, flotaré ligero como una pluma, seré como el cautivo que se escapa de su opresora y negra prisión y corre por los anchos prados de la libertad. En mi vida se encenderá la luz que apagaste; y me arrancaré la ceguera que me impedía ver a las demás luces. Y caminaré, y saltaré, y danzaré a su alegre son hasta no poder más. Y entre todas ellas encontraré una especial, que merezca y aprecie mi cariño, y ya no mendigaré nunca más a tus pies ni volverá a existir para mí la oscuridad.

Volveré a vivir.

5 feb 2009